Subterfuge reedita “Rock Station” de McNamara & Luis Miguélez.
Subterfuge Records, tiene el inmenso honor de reeditar un disco fundamental de la música de nuestro país, “Rock Station”, obra cumbre, hasta la fecha, de ese tándem sideral luxury trash que son McNamara y Miguélez o Miguélez y McNamara, que tanto monta, monta tanto y que cuyas copias físicas volaron en su momento y nunca llegó a estar en digital.
Fabio de Miguel (Madrid, 1957) y Luis Miguélez (León, 1963), se conocen a principios de los años 80, el primero, tras años rompiendo moldes, ya reinaba por méritos propios en el Olimpo de la vida loca, por otro lado la guitarra de Luis, una de las mas afiladas y solventes del panorama español, tenia su “puesto fijo” en Dinarama. Como era de esperar, los astros se alinearon y sus destinos se unieron vital y artísticamente durante más de 30 años en distintos proyectos como Fanny y Los +, McNamara o Fabio & Glitter Klinik.
Cada uno entiende los discos a su manera, y para mi, el Rock Station parece un viaje de sus protagonistas, que arranca en los 70s con los morros bien pintados y el plataformón, y que va discurriendo amores y desamores, noches locas y conversiones vitales, además de bajadas a los infiernos, para resurgir de sus cenizas una y otra vez.
Rock Station es como un enorme agujero negro electro, que engulló rock, punk, glam, pop, trash, glitter, hard rock, además de mucha pedrería, y vomitó un artefacto sonoro que el son de la coca, la coca me vuelve medio loca, hizo bailar a media España, mientras la otra se dedicaba a buscar dos maricas muertas congeladas vivas en París.
Esta claro que la reedición del Rock Station era necesaria; en su dia los varios miles de copias en CD de la primera edición volaron, algunas de sus canciones traspasaron la frontera y sonaban a diario como cabecera en un importante programa de radio, sí, Goma Espuma, o fueron sutil y vilmente fusiladas para algún anuncio de televisión.
Mas recientemente, los acontecimientos que estamos viviendo durante los últimos años nos han dejado muy claro que Vivir no es Beverly Hills, pero aun así, canciones como Gritando Amor, tema redondo como este vinilo, fue una de las canciones que sonaba desde aquellos balcones del confinamiento, donde algunos DJ Nazis, que diría Mauro Entrialgo, pero con exquisito gusto, acompañaban esos momentos de agradecimiento, solidaridad e incertidumbre.
En pleno siglo XXI, como era de esperar, solo han hecho falta unos correos electronic…OHs! y unos WhatsApp, para que la maquinaria se volviera a poner en marcha y tengas esta joya en tus manos.
En resumen os digo que ésta edición es un lujo, para empezar porque ha sido remasterizada por Luis Miguélez, y se ha utilizado para portada, obra de Mario Feal, una foto de la sesión promocional que les hizo Laurent D´az.
Y si aún así crees que no es suficiente, recuerda que aquí tenemos para todos: Pan, Circo y Boogie Movie.
Carlos Cavestany