La Pegatina celebra el 16 aniversario de su formación con el lanzamiento de un disco recopilatorio titulado “Un secreto a voces” que incluye sus temas más conocidos y tres canciones nuevas que han sido producidas por Tato Latorre: “Saber que tú”, “Como lo haría un acuario” e “Y se fue” con la colaboración especial de Nil Moliner. El videoclip que ha realizado Grilled Chesse Studio. “Un secreto a voces” ya está a la venta en formato digital y en doble CD y DVD con un documental de 45 minutos realizado por Lasdelcine.
Hay ríos muy famosos que van secos y ríos subterráneos tremendamente caudalosos que deslumbran cuando, de repente, alguien los descubre. En la Riviera Maya, un lugar al que cada año acuden millones de turistas, hallaron hace algo más de una década el río subterráneo más largo del mundo, el Sac Antun (“Cueva blanca, en dialecto maya), 155 kilómetros nada menos. Un verdadero paraíso bajo tierra. Los que lo conocen no dejan de recorrerlo una y otra vez.
Ese río, esa larga, pura y poderosa corriente subterránea, es La Pegatina. La Pegatina ha estado fluyendo con fuerza desde hace 15 años, arrastrando a muchos, alterando la propia fisonomía de ese valle que es la industria musical, erosionando, desplazando sedimentos que han creado islas mágicas. Ha llenado de nueva vida el valle y, sin embargo, muchos no han visto o no han sabido ver esa corriente subterránea.
La verdad es que La Pegatina funciona muy bien como metáfora y a la vez cómo explicación de todo lo que ha cambiado en la industria musical de este país. Gracias a internet, que acababa de nacer, a principios del dos mil Rubén descubrió La Colifata y se emocionó soñando que podía conseguir que Manu Chao escuchara las versiones de sus canciones que Ovidi y él perpetraban. Manu Chao fusionaba ritmos en un mundo en el que la globalización aparecía como un nuevo fenómeno. La Pegatina entendió que lo global empieza desde lo individual, se autoeditó su primer disco, Al carrer (2007) y vendió en poco tiempo 4.500 copias. Manu no solo escuchó las versiones de Rubén, sino que colaboró con La Pegatina porque el grupo también entendió el poder de la red desde el principio (entendieron incluso el MySpace y el Tuenti, tienen mérito) . En 2009 ya habían conseguido 180.000 descargas de su trabajo, ya tenían más repercusión que muchos grupos lanzados desde la industria. Habían comprendido que son los seguidores y no los contratos discográficos los que dan carta de naturaleza a una banda. Esa forma de nacer y de consolidarse conllevaba mucho más trabajo, pero también una absoluta libertad creativa. De hecho, al discurrir fuera de los cauces establecidos, al ser una corriente subterránea sin los apoyos mediáticos tradicionales, la creatividad, la locura a veces, se convierte no en una opción sino en una necesidad porque es el verdadero motor del proyecto.