Crónica del concierto de ALICE WONDER en el Inverfest Madrid (12/01/2023)
Anoche la madrileña sala La Riviera dentro del ciclo de conciertos del Inverfest, acogió con “sold out”, a la joven artista Alicia Climent Barriuso, conocida artísticamente como Alice Wonder desde que apareciera en 2017 su primer EP, “Take off”, al que siguió al año siguiente “Firekid”, ambos con temas compuestos en inglés.
Ha sido este 2022, con la publicación de “Que se joda todo lo demás”, cuando ha realizado un disco enteramente en castellano.
Retrasando unos minutos su salida al escenario, acompañada de un guitarrista/teclista y un batería, la cantante hipnotizó desde el primer tema de arranque en solitario y en inglés (“Strategy”); sentada al piano, ataviada con una amplia blazer blanca de raya diplomática y una falda escocesa de aspecto escolar, rompiendo el conjunto unas altas botas negras. Envuelta en una luz tenue que iluminaba su espalda pero impedía prácticamente ver los rasgos en su rostro, cubiertos con unas gafas de sol, el magnetismo del conjunto se apoderó de los presentes casi como una experiencia mesiánica. Hasta que Alice se puso en pie, tomó su Fender en el tercer tema y la intensidad fue creciendo, para desembocar en un traklist el resto del concierto dominado por su intenso y dramático disco en castellano.
La cantante, que entre canción y canción aprovechó para hacer pequeños speachs, obsequió al público asistente con varios nuevos temas como “La droga más suave del mundo”, “Poison”, “Lie2me” o “Baja a verme”, de cuyo título no definitivo confesó tener dudas buscando en el público su aprobación.
No faltó su tema “Yo quisiera”, con el que presenta su muy personal y emotiva candidatura al Benidorm Fest.
Alice transmite mucho con su personalísima voz, tanto cuando desciende casi al susurro, como cuando se eleva hacia lo grandioso. Son temas que requieren una escucha atenta y en silencio, siendo éste escaso en ocasiones anoche por parte del público, a pesar de la reprobación chistando de la otra parte. Algunas transiciones entre temas con demasiada pausa y una iluminación escasa no fueron suficiente demérito para una puesta en escena brillante y atmosférica. Porque a la cantante, a la humildad y casi timidez de sus comentarios con el respetable, le acompaña un halo de grandeza y madurez cuando se eleva y engrandece convirtiendo en épica sonora sus temas. Una comunión de intimismo y delicadeza de cantautor transmitido por su voz quebrada, que salta al dream pop y a la electrónica más industrial con una habilidad propia de artistas de mayor trayectoria.
Hay un poso de tristeza y melancolía en lo que transmite Alice, pero nos gusta. Al final, el amor, el desamor, la pérdida y todos los demás dramas se pueden simplificar en la sencilla filosofía que la cantante nos confesó: “Que cada cual hago lo que le dé la gana, y que se joda todo lo demás”.
Fernando Cobo.
