Crónica del concierto de HAVALINA en Madrid (15/04/23)

Total
0
Shares

Crónica del concierto de HAVALINA en Madrid (15/04/23)

Havalina pertenece a una generación de bandas, que surgidas en la década del nuevo milenio, irrumpieron con fuerte personalidad en la escena musical nacional. Les caracterizaba a todas un sonido propio, ajeno a modas y a la corriente mainstream del indie nacional. Pensamos por ejemplo en los extintos Nudozurdo, en Toundra, en L.A. o The New Raemon. Con esquemas musicales muy distintos, compartían todas ellas tener al frente a letristas y músicos muy solventes, de fuerte personalidad y madurez creativa.

La banda madrileña cuenta desde sus orígenes con la creatividad y buen hacer del productor, letrista y músico Manuel Cabezalí. Anoche, en la sala ocho y medio, arrancaron su gira Maquinaria, que da título a su último L.P., un álbum de rock intenso, orgánico, casi lisérgico a veces. Acompañan en el escenario a Cabezalí, el regreso de Ignacio Celma al piano/guitarra; la contundencia de Javier Couceiro a la batería y la acertada adhesión de la músico Teresa Martínez al bajo y sintes.

Arrancó la banda un poco más tarde de la solicitada puntualidad en redes cita de las 20:30 con el tema «Himno nº 9», de marcado carácter instrumental, de reminiscencias Blade Runner, místico mesiánico, que sirvió para subir al público a la nube de rock atmosférico y progresivo que estaba por venir.

Porque tras ese arranque con que nos mecieron, vino la contundencia del tema que da título al disco, y es cuando la banda desplegó toda su maquinaria. Un álbum que tocaron íntegro, en donde destacan temas como Circuito Cerrado, Deconstrucción o Robótica. Riffs y guitarras distorsionadas, contundente batería y acompañamiento atmosférico de sintes que crean un perfecto engranaje para unos temas de rock perfectamente construidos, siguiendo el camino marcado por sus anteriores discos. A veces recuerdan a Toundra, otras muchas a Mogwai, pero siempre a ellos mismos.

Sonaron muy bien, intensos pero no estridentes, los Havalina anoche, en una de sus salas fetiche en la capital. Los que les hemos visto en otras ocasiones en Madrid en salas más pequeñas como la Siroco, donde los decibelios de la banda causaba vibraciones no deseadas, nos merecíamos poder disfrutar de nuevo de la experiencia inmersiva de su música de esta forma.

Tras los engranajes de Maquinaria, la banda hizo el preceptivo descanso, tras el cual se sucedieron los temas más emblemáticos de su discografía, en un crescendo casi orgásmico de contundencia y virtuosismo que a punto estuvieron de provocar más de un esguince cervical. El público asistente, superando en su mayoría los cuarenta, atendía fascinado al espectáculo, en una sala que pudo estar mucho más llena. Así, en un largo speach de agradecimientos y comunión con el respetable, Cabezalí comentó el esfuerzo, dedicación y exiguo beneficio económico que su dedicación les produce, compensada eso sí, quiso resaltar, por la experiencia impagable del fervor y fidelidad de los asistentes. Porque en tiempos en que la música en directo goza de una extraordinaria salud en España, en tiempos en que sonidos facilones, cuando no de escasa calidad, son coreados por miles de «followers», da un poco de rabia que bandas como Havalina, con una amplia e impecable trayectoria, no lo peten mucho más. Como en una perversa ecuación inversa, a veces tenemos la sensación de que en el panorama nacional, las bandas de mayor madurez y personalidad musical, están condenadas de algún modo a ser degustadas solo por algunos pocos paladares exquisitos. 

Pero volviendo al directo de anoche, destacar también la aparición de Nieves Lázaro en el tema «La palabra», que cual sacerdotisa oscura aportó su dosis de fascinación a un directo que alcanzó su culmen con temas como Las hojas secas o la contundente Norte, probablemente uno de los temas más magistrales de la banda, que contribuyeron a no bajar el ritmo hasta el final.

En definitiva, un directo impecable, muy disfrutable por lo personal de la propuesta de esta banda, y de esos que al día siguiente, mientras los recuerdas, te dices, «joder, qué bueno lo de anoche». La huella que deja Havalina tiene dientes de férreos engranajes.

 

Fotos y texto: Fernando Cobo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

You May Also Like

La sensibilidad de TAMINO aterriza en Madrid

La sensibilidad de TAMINO aterriza en Madrid El próximo 14 de diciembre el músico belga de origen egipcio Tamino visita Madrid. El concierto, que ha cambiado de ubicación debido al…
View Post