Crónica del concierto de Maga en Madrid.

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Anoche Maga se despedía de la gira “Salto Horizontal” sobre el escenario de la Sala But.

Han sido cuatro noches de conciertos especiales, donde Maga, acompañados con un trío de cuerda y junto a la ilustradora María Hesse, dejaban sonar las canciones de su último disco “Salto horizontal” entremezclados con los grandes éxitos de una carrera que dura ya veinte años.

Anoche tenía lugar el último de ellos en la Sala But de Madrid, despidiendo “Santo Horizontal” el último disco de Maga. Como ya mencionó Miguel Rivera, cantante de la banda sevillana, el público concentrado rondaba una cierta edad y querían volver a escuchar a una de las bandas indies en castellano más importantes. En un concierto donde Miguel se encontraba a gusto, hablando con el público contando anécdotas, pudimos disfrutar de un sonido precioso, gracias en parte al cuarteto de cuerda que empapaban de un aura especial cada canción.

Hubo momentos para recordar grandes éxitos como “Dicinueve” en la parte final del concierto. Esas estrofas tan bonitas (“Y dormíamos tan juntos, que amanecíamos siameses”), que inician la canción, ya se han convertido en himno, de tal modo que hasta Iván Ferreiro las ha recogido para dar inicio a “Turnedo” en sus conciertos.

Sonaron también canciones de su último disco, como “Por las tardes en el frío de las tiendas”. Hubo muchos momentos referentes al mar, que como indicaba la banda, está siembre muy presente en sus canciones. En concreto “De plata” en referencia a las playas de Cádiz donde tanto tiempo han pasado.

Momento especial fue también cuando apareció Xoel López para cantar “Piedraluna” éxito del popular “Álbum blanco” de Maga. Una versión que le va como anillo a la voz de Xoel. Entre canción y canción un distendido Miguel, que nos decía que no quería marcharse, nos contó cómo surgió el nombre de “Maga” tras haber leído “Rayuela”. También nos descubrieron cómo surgían las melodías de sus canciones gracias a una caja de sonidos, que bien elegidos han hecho que Maga haya llegado hasta nuestros días. Y en honor a ella, se marcaron un par de temas como antiguamente hacían. Pese a este pequeño guiño, donde reconocían sus carencias iniciales en el mundo musical, anoche pudimos deleitarnos con el sonido de una gran banda. La voz de Miguel es tan peculiar a la vez que preciosa, que no hace sino que cada vez que escuchas sus canciones descubras un nuevo matiz sonoro, y quieras llegar a casa para seguir escuchando sus discos. Todo el concierto estuvo acompañado también por María Hesse, ilustradora a la que sigo hace algunos años y que presentó su libro homenaje a David Bowie hace unos meses, que a un extremo del escenario realizaba un mural mientras sonaba la música. Dicho mural será subastado para recaudar fondos para la Comisión de Ayuda al Refugiado.

Para finalizar el concierto, Maga nos sorprendió con otro gran éxito, “Agosto esquimal” y su pegadizo estribillo, hicieron a Miguel bajar entre el público para corearlo todos juntos una y otra vez en un momento único y lleno de alegría.

Sin duda fue un concierto muy especial, que nos vuelve a recordar porqué Maga son tan grandes, porqué son la influencia de muchas bandas de hoy, su sonido, sus letras y su manera de cantar, forman parte de la historia de la música de este país.

Bárbara Sanjuán (Bala Swan)

 

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